Somos mil veces más personas que en 2020, nuestros conocimientos son inmensamente mayores, los datos nos han dado la razón, decenas de nuevos estudios demuestran que lo que defendemos es verdad, hemos resistido la mayor presión concebible y aquí estamos; siendo todo esto cierto ¿por qué se leen algunos mensajes negativos? Tiendo a pensar que son infiltrados, bots y trolls, que no son personas reales.
Contratados para difundir pesimismo en las redes, promocionando la fatiga del negacionista que lleva cuatro años de lucha.
Esos del “no me escuchan”, “yo ya no digo nada”, “allá ellos”, etc, no creo que sean representativos ni del 0,1% del colectivo negacionista.
Les invito a ustedes a escribir mensajes positivos, dando noticia de los muchos familiares y amigos que les han dado la razón de un modo u otro. No siempre será un reconocimiento explícito, a menudo un simple silencio o una pregunta lo dicen todo.
Lo que verbalizamos se convierte en real. Escribir en las redes mensajes que bajan la moral es un acto de colaboracionismo que algunos de ustedes pueden estar haciendo sin darse cuenta. Si está de bajón, lo cual nos pasa a todos de vez en cuando, permanezca en silencio hasta haberse recuperado, pero no lance palabras que nos desgastan a los demás.
Insisto, hemos vencido a las industrias más potentes del mundo, la farmacéutica y la de los medios de comunicación.
Partiendo de cero y armados exclusivamente de pasión, hemos conseguido convencer a más de medio mundo de que esa gente mentía, miente y mentirá.
El mundo ha cambiado gracias a usted, pasamos de locos a inmensa mayoría; entonces ¿no deberíamos celebrar y rematar en lugar de bajar la cabeza justo antes de la victoria final?
La mayoría de la gente se ha vuelto escéptica de todo, el Clima Climático no se lo cree nadie que no se beneficie de él, y esto ha sido labor nuestra también. La humanidad ha aprendido a cuestionar al sistema, a ver a las instituciones supranacionales como nidos de mentirosos bien pagados al servicio de grupos de interés concretos, pero no del pueblo.
¿Acaso no es esto ganar?
Si fuéramos una empresa estaríamos contentísimos, tal aumento de “socios” ya lo querrían muchas organizaciones.
Sin embargo trufan las redes estos tibios llorosos del “nomehacencaso”, que insisto, creo que la mayoría no son reales.
Su misión es que abandonemos o nos cansemos justo cuando estamos apunto de culminar, esto es un pulso, un partido, hasta el rabo todo es toro; aflojar ahora supondría perder el terreno ganado.
Por eso, además de tratar de bajarnos las vibraciones, se han dedicado a infiltrarse en el movimiento de forma masiva, ahora hay más flautistas de Hamelin que nunca desviando a las almas buenas a caminos estériles.
Recuerden que son como la fruta, los más perfectos y bonitos no son auténticos, la fruta sana tiene defectos, manchitas, porque lo auténtico está dentro, mientras la cáscara está dañada precisamente por haber luchado duro. No hay fruta más perfecta por fuera que la que es de plástico.
El reluciente vendedor de elixires de sonrisa con fundas albas suele ser un agente.
Los de verdad cometemos errores, nos mojamos en cuestiones que a usted pueden no gustarles, decimos a veces cosas que no favorecen quedar bien con todos, pero que en ese momento creemos; en definitiva ¡nos equivocamos!
Recuerde el chiste, el que lleva la carretilla al revés no es un loco, es un aprovechado que lo hace para que no se la llenen, no pese y así librarse de trabajar. No dan puntada sin hilo.
Alce su cabeza con el orgullo de ser un INDOMITUS, pero no deje de luchar cada día, hemos de mantener las líneas y seguir avanzando. Nos enfrentamos a los mayores poderes de maldad jamás vistos, y nuestra mejor arma es usted.
Descansar es parte del trabajo.
Cuando se sienta negativo, dé un paso atrás y deje hablar a los que están fuertes, recupérese, y regrese a primera fila cuando se sienta mejor; pero lo último es publicar textos que distraen, hacen ruido, y desaniman a otros.
Este año será el de la victoria definitiva, pero nunca olvide que llegaremos remando como hicimos hasta ahora, gracias a millones de personas como usted.
La propaganda del Nuevo Orden Mundial no nos debe afectar, hay que revisar cada día nuestro sistema de creencias para limpiar la corrosión que la lucha produce en nuestras corazas, hay que engrasar las armas y ayudar al compañero herido; nada de eso se consigue quejándose con un “buaaaa nadie me escucha”.
Seguimos, adelante, recuerde que es usted un alma libre y soberana que toma decisiones con la ayuda de Dios.
Venceremos.
Un aullido.
Fernando López-Mirones
Madrid, 3 de enero de 2024
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